Año: 2015
Duración: 132 min.
País: Estados Unidos
Director: Ryan Coogler
Guion: Ryan Coogler,
Aaron Covington
Música: Ludwig Göransson
Fotografía: Maryse
Alberti
Reparto: Michael
B. Jordan, Sylvester Stallone, Tessa Thompson, Phylicia Rashad, Will Blagrove,
Juan-Pablo Veza, Andre Ward, Tony Bellew, Philip Greene, Manny Ayala, Cory
Kastle, Vincent Cucuzza, Christopher Weite
Productora: Metro-Goldwyn-Mayer
(MGM) / Warner Bros.
Género: Drama, Deporte
Sinopsis: Adonis Johnson
(Jordan) nunca conoció a su famoso padre, el campeón mundial de pesos pesados
Apollo Creed, que murió antes de que naciera. Aun así, no se puede negar que el
boxeo está en su sangre, por lo que Adonis se dirige a Philadelphia, el lugar
del legendario combate de Apollo Creed con el advenedizo y duro luchador Rocky
Balboa.
Suena la campana, empieza
el combate, el hijo de Apolo Creed se sube al ring y llega con fuerza a la gran
pantalla acompañado sin duda alguna por uno de los mejores, Rocky Balboa. Creed
golpea y bien, Creed aguanta durante doce asaltos con soltura pese a flojear
levemente durante alguno de ellos, Creed esquiva, recibe, cae a la lona pero se
levanta para ofrecer un fantástico final, pese a fallar algunos golpes directos
Creed es digna sucesora de la tan aclamada Rocky.
La película de Ryan
Coogler es un gran entretenimiento, una cinta que se sitúa entre las mejores de
la saga, un pequeño homenaje a lo que ha significado Rocky, un relevo
generacional muy bien logrado en el que tanto su desconocido protagonista,
Michael B. Jordan, como Silvester Stallone acaparan todos los focos. Un
largometraje que solo por sus dos actuaciones ya merece la pena ser visto.
Lo mejor no es su sólido
argumento, ni las buenas escenas de boxeo, ni una música que pese a poder ser
mejor cumple, sino sus dos fantásticos protagonistas, si DOS, porque cierto es
que Stallone ganó merecidamente el Globo de Oro, pero es una grata sorpresa la interpretación
de Jordan al que no le podrían haber quedado mejor los guantes en un papel nada
fácil, sin duda alguna encaja como hijo de la leyenda del boxeo, Apolo Creed.
Pero no todo es gloria en
la cinta de Coolger, en un mundo donde triunfan los más duros, aquellos que
tienen piel de lagarto por encajar golpes dentro y fuera del ring, un mundo
donde uno “Construye su propio legado” sin importar sus raíces, Creed peca de
sobredosis de sensiblería, exceso de azúcar para algo que debería ser más
amargo, pero aunque en algún momento parece que ello pueda lastrar a todo el
conjunto, es cuando suena la campana del último asalto, se levanta la cámara y
todo vuelve a brillar. Algo más de dureza y oscuridad hubiese alzado a la cinta
con el título de campeón.
Puede que a los fans de
la película original les sepa a poco, incluso echen en falta al insustituible
Stallone encima del ring, pero deben aceptar que Rocky es eso, irremplazable,
por ese motivo la cinta no se llama Rocky 7, sino Creed. Tal y como ha hecho
J.J. Abrams con ‘El despertar de la fuerza’ la película de Michael B. Jordan y
Stallone es un tributo al producto original pero al mismo tiempo una puerta
abierta a las nuevas generaciones que sin duda alguna disfrutarán. Veremos si el
homenaje que le hace la película a Rocky Balboa se repite el próximo 28 de
febrero en la gala de los Oscar.
Lo mejor: dos fantásticas
actuaciones y un buen relevo para un título de referencia.
Lo peor: sobredosis de
sensibilidad que rebajan una cinta que podría haber sido mucho más épica.