lunes, 30 de noviembre de 2015

Techo y Comida: 'Cuando en la simplicidad reside un muy buen trabajo'

Año: 2015
Duración: 90 min
País: España
Director: Juan Miguel del Castillo
Guión: Juan Miguel del Castillo
Música: Miguel Carabante, Daniel Quiñones
Fotografía: Manuel Montero, Rodrigo Rezende
Reparto: Natalia de Molina, Mariana Cordero, Jaime López, Mercedes Hoyos, Gaspar Campuzano, Montse Torrent, Natalia Roig, Manuel Tallafé
Productora: Diversa Audiovisual
Género: Drama | Drama social. Crisis económica actual. Pobreza
Web oficial: http://techoycomida.com/
Sinopsis: A Rocío, madre soltera y sin trabajo, apenas le da para comer. Temiendo perder la tutela de Adrián, su hijo de 8 años, intenta aparentar una vida normal. Pero la situación empeora cuando el propietario de la vivienda, agobiado también por las deudas, los denuncia por no pagar el alquiler. Ahora el tiempo corre en su contra y parece imposible encontrar una solución.


Techo y Comida’, ganadora a la mejor película del Festival de Málaga, es una de esas cintas que todos deberíamos ver, no es cine de entretenimiento ni una gran superproducción, pero es cine del bueno. Un fantástico drama social bien dirigido por Juan Miguel del Castillo y con una brillante interpretación de Natalia de Molina.

Muchas veces vamos al cine con la intención de pasar un buen rato, de vivir aventuras, de soñar y poder evadirnos del día a día y la monotonía que pueda acompañarle, pero en ocasiones es bueno y necesario bajar al ruedo y toparse de bruces con la cruda realidad. Eso es lo que nos muestra de una manera tan austera como eficiente ‘Techo y Comida’ tratando un tema tan actual en nuestro país como es la pobreza y la supervivencia en sí misma.

Cierto es que la película podría haber sido mucho más cruda y compleja, pero en la simplicidad de su metraje reside su belleza brindándonos un guion en apariencia facilón pero con un trasfondo de alto voltaje. Absolutamente todo es austeridad en la cinta, y eso es precisamente lo que nos quiere mostrar, de manera evidente y fácil, sí, pero gracias a ello consigue que un tema tan duro sea más digerible para el espectador, que si es capaz de leer entre líneas asimilará sin necesidad de imágenes más impactantes ni dramatismos desbordados la esencia del argumento.

Mención especial a la fantástica interpretación de Natalia de Molina, que ya apuntó maneras con su papel en ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ de David Trueba que le valió el Goya como mejor actriz revelación, y que en esta ocasión ha recibido el galardón de mejor actriz en la presentación de la película en el Festival de Málaga. Todo lo que ocurre durante los 90 minutos de duración de ‘Techo y comida’ es un mero envoltorio de absoluta austeridad para focalizar el drama social de la pobreza, la falta de oportunidades, los desahucios y la marginalidad a través de una más que notable y nada fácil actuación de su actriz principal. Si el espectador tiene un mínimo de empatía será conducido sin darse cuenta por Natalia de Molina hacia el sufrimiento de ella misma y su hijo de manera sutil pero efectiva, sentirá su misma impotencia, el sabor de las cosas que para tantos de nosotros son rutinarias e insignificantes pero para otros son auténticas bendiciones luego pisoteadas por la cruda realidad que viven.

‘Techo y comida’ es una película simple en todos sus aspectos menos en su argumento, algunos la podrán criticar por eso, pero otros lo agradecerán ya que gracias a ello se deja ver sin dramatismos aparentes ni demagogias recurrentes, pero aun así resulta efectiva y consigue hacer llegar su mensaje. Un largometraje donde los silencios valen más que las palabras.  


Lo mejor: una gran actuación de Natalia de Molina y la simplicidad del conjunto que la hacen más digerible.
Lo peor: posiblemente los más exigentes reclamaran más crudeza durante el metraje. 

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